26
CONSERVACIÓN DEL VINO
El vino puede ser conservado en el tiempo: si se mantiene en un lugar adecuado,
los vinos blancos pueden ser conservados durante aproximadamente dos años
desde la fecha de la vendimia, aunque es preferible beberlos antes del año. Los
vinos tintos suaves pueden ser conservados hasta dos años, mientras que algunos
vinos tintos con cuerpo pueden resistir hasta diez años y los vinos dulces hasta
veinte años.
Cuando se compra una botella de vino colocarla inmediatamente en una bodega o
en otro lugar apropiado.
No todos disponen de un ambiente subterraneo para adaptarlo como bodega. Sólo
recientemente la tecnología ha logrado un sustituto para las clásicas bodegas.
La bodega para vinos que ha comprado es un aparato estudiado especialmente
para contener y conservar correctamente los vinos. En su interior no se pueden
conservan frutas, verduras ni latas, sólo se conservan las botellas de vino
preferidas. De este modo, sin disponer de una bodega, ahora será posible hacer
madurar, conservar adecuadamente y degustar cualquier tipo de vino.
Una regla fundamental para conservar las botellas de vino preferidas es tumbarlas
sobre un lado de manera que el vino moje el tapón. Muchos piensan que ésto
ocasiona el clásico olor a ”tapón”. En realidad el contacto del vino con el tapón
favorece la elasticidad del mismo garantizando su funcionalidad.
Además, evitar el contacto de las botellas con la pared de fondo, ya que, no
solo comprometería a la eficacia del proceso de descongelación sino que podría
arruinar la etiqueta de las botellas a causa de las gotas de agua que se producen
durante la descongelación.
La temperatura representa un factor crítico e importante durante todo el ciclo de
vida del vino y determinará su buen desarrollo cuando el mismo quede en la botella
para añejarse.
Para una óptima conservación, la temperatura deberá mantenerse constante entre
los 8 y 12°C. Es fundamental evitar bruscas y prolongadas excursiones térmicas:
una temperatura demasiado elevada dilata los líquidos y provoca una aceleración
en la maduración del vino, mientras que una temperatura excesivamente baja
(inferior a 4 - 5°C) puede provocar la precipitación de tártaros que perjudica la
estética del vino.
También la humedad es fundamental para una correcta conservación: un ambiente
demasiado seco favorece la contracción del corcho, mientras que un ambiente con
alto porcentaje de humedad favorecerá al desarrollo de mohos y microrganismos
nocivos. El nivel necesario de humedad relativa está comprendido entre el 50% -
70%.