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C o n s e j o s e n M a s t e r i z a c i ó n
Consejos en Masterización
Paul White, editor de la revista inglesa Sound On Sound, ofrece varios apuntes para la masterización en el
Home Studio.
E
xiste una enorme distancia entre, que es necesario en una suite de masterización y en un
home studio, pero tal como bajan los costes de las unidades de masterización haciéndolas
más accesibles, se hace más real la posibilidad de obtener grandes resultados en un project studio
con material relativamente barato. Ciertamente, la masterización es algo más que una simple
compresión del material de audio, a pesar de que la compresión es una parte muy importante
de la masterización. Sin embargo, la herramienta más importante es el oído de la persona que
hace el trabajo, porque el éxito de la masterización es el tratamiento que se hace en todos y
cada uno de los proyectos individualmente. No existe un tratamiento standard a aplicar en todo
para sacar un sonido más elaborado.
Cada ingeniero de masterización tiene sus propias preferencias acerca de cuales son las mejores
herramientas para el trabajo, pero si Vd. está empezando, le recomiendo un buen ecualizador
paramétrico, un gran compresor/limitador y, quizás, un enhancer. Además se necesita un
entorno de monitorización muy preciso, utilizando monitores con una gran respuesta en graves,
y algún tipo de editor en PC para manejar los ficheros de audio stereo. En último lugar lo ideal
sería tener entradas y salidas digitales, puesto que si se utiliza proceso analógico externo, las
entradas serán analógicas, en cuyo caso deberán ser también de buena calidad. Un profesional
suele partir de la base de un master en cinta a 20 o 24 bit o de un master analógico en media
pulgada, pero en el home studio, la mayoría de grabaciones son en DAT a 16 bit. Esto no
debería ser un problema para la mayoría de la música pop si se trabaja con cuidado.
La mayoría de errores son debidos a sobre-procesamiento, y el viejo adagio “Si no está roto, no
hay que arreglarlo”, se puede aplicar perfectamente a la masterización. No debe tener la
sensación de que una pieza de música debe procesarse por el mero hecho de poder hacerlo, por
otra parte deberá verse si el material procesado suena peor que el material original del que se
partió.
Ahora los consejos:
1
Como regla, los finales deben ser con desvanecimiento (fade out) no cortados puesto que la
mayoría de instrumentos acaban con una bajada natural propia. Cuando la última nota ha
caído hasta aprox. un 5% de su nivel máximo, debe iniciarse el desvanecimiento con una
duración de 1 segundo hasta el silencio total. Incluso se debe intentar si la canción ya tiene su
propio fade out, con lo que alargaremos un poco más este desvanecimiento. Escuchar con
cuidado no se haya recortado una cola larga de reverberación o se ha hecho sonar un fade-out
propio de manera poco natural.
2
Una vez se ha decidido el orden de las pistas en el álbum, necesitará conocer los niveles
para igualarlos. Esto no significa simplemente dar a todo el mismo nivel, ya que se haría
sonar una balada a un nivel más fuerte comparativamente que un rock duro. Las voces a
menudo suelen dar una buena idea de los niveles a igualar en una canción, pero al final sus
oídos son los mejores jueces. Si se utiliza el disco duro como almacenamiento y los programas
de edición, utilizaremos las habilidades de la computadora para acceder a cualquier parte del
álbum de manera aleatoria para comparar los niveles subjetivos de diferentes canciones y tomar
especial atención en los niveles de las canciones contiguas a la que se esté trabajando. Es en la
transición de una canción a otra donde suele evidenciarse más si el nivel elegido no es el
adecuado.
3
Si las pistas se han grabado en fechas distintas o en estudios diferentes, no sonarán de
manera suficientemente consistente para poder estar cómodamente en el mismo álbum sin
procesarlas anteriormente. A menudo un poco de EQ con cuidado mejorará las cosas, pero se
necesitará un buen EQ paramétrico si no se desea empeorar las cosas. Hay que fijarse en el final
grave de cada canción para ver las diferencias y utilizar el EQ para intentar quitar algunas cosas.
Por ejemplo, una canción puede tener toda la energía de graves entre 80 y 90Hz pero en
cambio otra puede denotar un bajo profundo y bajar directamente a los 40Hz o por debajo. Al
eliminar los subgraves e incrementar ligeramente el área de los 80Hz podremos colocar el final
grave en el punto buscado.
De modo parecido, la pista con el grave en los 80–90Hz puede tratarse añadiendo un poco en
los 40Hz combinado con un poco de recorte en los 120Hz. Cada ecualizador actúa de manera
diferente por lo que no hay gráficos fijos que representen lo que hay que hacer, es necesario
experimentar. En la parte de medios y frecuencias altas, debe aplicarse una suave ganancia entre
6 y 15kHz para añadir aire y presencia a una mezcla y recortar un poco entre 1 y 3 kHz para
quitarle aspereza. El sonido a caja suele darse entre los 150 y 400Hz. Si se necesita darle un
poco más de techo a una pista que no tiene, debe intentarse con un intensificador de
armónicos.
4
Para hacer sonar más fuerte una pista que está picando arriba en el medidor, utilizar un
limitador. En la mayoría de casos, se aumentará el nivel global alrededor de 6dB o algo más
antes de que sus oídos noten que se están procesando los picos de alguna manera. Siempre es un
buen truco normalizar la pista más fuerte de un álbum en un pico de –0.5dB y luego referenciar
el nivel de las otras canciones a esta. Los cambios para normalizar o para igualar a otros niveles,
suelen ser la última cosa ha realizar en los que se ven envueltos los EQ, compresores y
enhancers, para realizar un cambio de nivel de algún tipo. Es recomendable realizar un
“redithering” limpio a nivel 16 bit si se va directamente, mediante salida digital, a generar una
cinta master, para preservar el mejor rango dinámico posible. Las salidas analógicas serán
“redithered” por los A/D del grabador.
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