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La estabilidad de la temperatura es el factor más importante cuando se trata de almacenar vinos.
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La exposición a la luz, las vibraciones o las variaciones de temperatura y humedad pueden hacer
que el vino se eche a perder. Cuando se almacenan adecuadamente los vinos, no solo
mantienen su calidad, sino que muchos mejorarán en aroma, sabor y consistencia a medida que
maduren.
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Los vinos que son almacenados a temperaturas muy altas envejecerán más rápido. El vino que
está expuesto a temperaturas que superan los 21°C (70°F) sufrirá cambios en su sabor y aroma.
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Los vinos que son almacenados a temperaturas demasiado bajas pueden desarrollar depósitos
dañinos. Una humedad del 70% es ideal para evitar que los tapones de corcho se encojan.
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Después de abrir una botella, el vino entra en contacto con el aire. Aconsejamos almacenar el
resto de la botella en posición vertical, para evitar que la superficie del vino esté en contacto
con el aire.
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Una vez abierto, el vino permanecerá en una condición bebible por 2 días para blancos o 3 días
para tintos, siempre que la botella se vuelva a sellar. Debe asegurarse de que el tapón esté
firme.
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Se pueden comprar tapones especiales que mantienen el vino espumoso y el Champagne
burbujeante durante uno o dos días después de la apertura.
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Cuando almacenados correctamente, los vinos blancos (sin abrir) pueden mantenerse en buen
estado por hasta dos años. Los tintos (sin abrir) durante diez años y los vinos dulces (sin abrir)
hasta por veinte años.
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Cuando compra una botella de vino, debe transferirla a un lugar de almacenamiento adecuado
inmediatamente (si no va a guardarla en su refrigerador de vinos).
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Las botellas de vino más baratas no se conservaran tan bien como las más caras.
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Para aprovechar al máximo el aroma y el sabor de su vino, nunca coloque más de medio vaso
de bebida. También ayudará si la forma de su copa es apropiada para el tipo de vino. El tamaño
y la forma del cuenco de su copa de vino determinarán la intensidad y la consistencia del vino.
El cuerpo de su copa debe ser lo suficientemente largo como para evitar el contacto de la mano
con el cuenco y debe tener forma de tulipán o cónico en la parte superior.
Problemas durante el Almacenamiento de Vinos
Encorchado –
Una pequeña porción del vino embotellado (
»
1%) sufrirá esto. El corcho reacciona
con el vino y le confiere un sabor rancio desagradable. Este es el problema más común del
almacenamiento de vinos y es causado por bacterias inocuas que crecen en el corcho. Por muy
desafortunado que esto sea, lo mejor es descartar todo el vino de la botella afectada. Esto no se
debe confundir con pequeños fragmentos de corcho flotando en el propio vino, lo que no
perjudica su sabor.
Oxidación
–
Una vez abierta la botella, si se guarda por más de un día, el vino remanente tiende a
perder su aroma y color, adquiriendo un sabor insípido. La única forma de evitar esto es beber el
vino el mismo día o utilizar una bomba de vacío diseñada para extraer el aire de las botellas
abiertas. Aunque haya extraído el aire de la botella, de igual forma debe consumir el vino poco
tiempo después.