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Por consiguiente, se puede determinar la lentitud con la cual una
eventual alteración de temperatura llevaría sus botellas a un nuevo
punto de equilibrio.
Cabe mencionar que respecto a los líquidos (excepto el agua), la
conductividad disminuye en un 0,15% por °C como media cuando la
temperatura aumenta.
¿A quién no se le ha ocurrido que, sorprendido por una visita, ha tenido que
poner una botella de champán o vino blanco a temperatura ambiente (20°C)
en su frigorífico (4°C) para enfriarla? A pesar de una alteración térmica
brutal y constante del orden de 16°C, después de una hora en estas
condiciones, la botella aún no estaba suficientemente fría.
Por consiguiente, no debe preocuparse si constata variaciones de
temperatura del orden de 2 °C en torno al punto de consigna en el espacio
del armario. Sus vinos están perfectamente conservados. El contenido de
una vinoteca cargada con 200 botellas representa una masa de unos 260
kg (una botella de 75 cl = 1,3 kg como media), lo que ya es considerable.
Si tenemos en cuenta el ejemplo anterior y las condiciones a las que se
habría sometido esa única botella, las ligeras variaciones constadas en el
aire del armario y aplicadas a sus 200 ó 300 botellas, no tienen ningún
impacto.
INDICADOR DE TEMPERATURA
El indicador de temperatura electrónico le indica la temperatura media en el
armario. Tal como hemos visto anteriormente, los ciclos de funcionamiento
o parada del compresor permiten obtener una temperatura media
perfectamente constante en el interior de las botellas.
Si coloca su propio termómetro dentro del aparato, éste no mostrará el
mismo valor que el indicador de la pantalla: el sistema de ajuste de
temperatura calcula automáticamente mediante un algoritmo la media de
temperatura en un período determinado. Esta media refleja la temperatura
del vino.
Si se constata una diferencia notable entre la temperatura programada y la
indicada, probablemente se deba a una apertura prolongada de la puerta.