Al subir una montaña o cuesta
empinada, comience en una
velocidad baja en lugar de efectuar
un cambio descendente desde una
velocidad más alta luego de iniciado
el ascenso. Esto reduce la tensión
del motor y la posibilidad de que el
motor se apague.
Si el motor se apaga, no intente
virar, ya que podría volcarse. Es
mejor intentar retroceder hasta un
lugar seguro.
Aplique a las ruedas tan sólo la potencia suficiente para subir la cuesta.
Usar demasiada potencia puede hacer que las llantas resbalen, giren
velozmente o pierdan tracción, resultando en la pérdida del control del
vehículo.
Descienda la cuesta en la misma
velocidad que usaría para subirla, a
fin de evitar el uso excesivo y el
sobrecalentamiento de los frenos.
No descienda en neutral; desactive
la sobremarcha o cambie
manualmente a una velocidad
inferior. Cuando descienda una
cuesta empinada, evite el frenado
brusco ya que puede perder el
control. Si lo hace, las ruedas
delanteras no podrán girar y, si no lo
hacen, usted no podrá maniobrar. Las ruedas delanteras tienen que girar
para poder maniobrar el vehículo. El bombeo rápido del pedal del freno
le ayudará a disminuir la velocidad del vehículo y seguir manteniendo el
control de la dirección.
Si su vehículo tiene frenos antibloqueo, aplíquelos uniformemente. No
“bombee” los frenos.
Manejo sobre nieve y hielo
Los vehículos con tracción en las cuatro ruedas tienen ventajas sobre los
vehículos con tracción en dos ruedas en la nieve y el hielo, pero pueden
resbalar como cualquier otro vehículo.
Si comienza a resbalarse al manejar en caminos con nieve o hielo, gire el
volante en la dirección del deslizamiento hasta que retome el control.
Manejo
319
2010 Navigator
(nav)
Owners Guide, 1st Printing
USA
(fus)